Múltiples disciplinas científicas, religiosas y místicas ven el agua como fuente de la vida. Nuestra referencia inmediata hacia ella tiene que ver con hidratar procesos biológicos, el buen funcionamiento del cuerpo y la limpieza de espacios. Sin embargo, este recurso guarda mayores significados en la alquimia de los cinco elementos.
En la medicina china, el agua es yin por naturaleza es decir, su energía es femenina. Es estable, serena, adaptable. Representa el fascinante mundo de las emociones, los sentimientos y la intuición. Además, es necesaria para la purificación del cuerpo y la eliminación de toxinas.
En el ayurveda, este elemento protege el cuerpo y está presente en cinco áreas de nuestro organismo: boca, estómago, sistema nervioso, articulaciones y sistema respiratorio. Además, es integral en la cohesión del ciclo de la vida y la muerte.
El elemento agua nos enseña a rendirnos, soltar, ajustarnos a cambios y particularmente, a fluir. Fluir con los movimientos internos biológicos, mentales y emocionales así como los sucesos a nuestro exterior.
Ya que estamos en celebración del equinoccio de la Primavera, que coincide con la conmemoración del Día Mundial del Agua, pensé que sería muy bueno exponer las cualidades de este pilar de salud física y laboral que todos tenemos en balance o desbalance.
Cuando hacemos conciencia de este elemento en nuestra vida, seremos capaces de activar su energía abundante e interactuar mejor con los otros cuatro elementos de la rueda. Vivir en equilibrio con este elemento nos ayuda a sentir más confianza en nosotros mismos, gozar de mejor salud y desarrollar perspicacia a la hora de manejar cada reto.
El estrés y la ansiedad de las rutinas diarias (y ciertos hábitos no saludables) contribuyen al desbalance de energía de este elemento en nuestro sistema corporal.
Estás en desbalance de agua si sientes:
- Deshidratación
- Desconexión con la tierra
- Irritabilidad o vulnerabilidad
- Depresión
- Piel áspera
- Baja autoestima
- Parálisis a la hora de planificar o poner en acción tus ideas
- Aislamiento
- Inseguridad
- Victimismo
Puedes balancear este elemento adoptando los siguientes cambios:
- Por más obvio que suene, bebe mucha agua. Darle un break a las bebidas carbonatadas, llenas de azúcar y cafeína como las sodas, el café y los jugos permitirá que el cuerpo se acostumbre nuevamente a la absorción del agua para hidratación.
- Evita las comidas procesadas y con altos índices de azúcar. Les recomiendo estos excelentes documentales sobre la silenciosa adicción al azúcar: Fed Up y The Truth About Sugar
- Una dieta rica en algas marinas, legumbres, pescados, frutos rojos que estimulan el riñón y la vejiga, dos órganos asociados con equilibrar la temperatura de la sangre y calmar el fuego interno.
- Evalúa tus prácticas diarias para determinar qué actividades te activan y qué otras te roban de energía para determinar cómo encontrar un equilibrio. Aprovecha ese tiempo para también reflexionar en qué miedos te causan ansiedad o te quitan el sueño. Reconocer que los miedos existen nos empodera a evitar que nos sigan controlando.
- Buena respiración y tiempo de descanso. Durante el sueño, el cuerpo regenera tejidos y para asegurar una eficiente distribución de recursos, hay que brindarle al organismo espacios definidos para restaurarse.
- Ábrete a los cambios y aprende a fluir con ellos. El agua es maestra en el arte de la flexibilidad. Si quiere llegar a una meta, se amolda al camino o crea un nuevo cauce.