¿Puede el movimiento corporal ayudarnos a procesar mejor nuestras emociones?
Ana Victoria Méndez, fundadora de The Dawn Project, considera que sí.
Hace dos años, la entrepreneur mexicana y maestra de yoga descubrió que no sólo era atender el cuerpo físico sino la mente y el alma eran igual de importantes para manejar procesos difíciles de duelos.
El fallecimiento de su progenitora fue el momento de impacto que la llevó a explorar un nuevo camino de vida.
«Cuando ella se muere, toda mi vida se deshace y me sentí muy perdida. Empiezo a ir a terapias, empiezo a buscarla. Empiezo a explorar muchas cosas que antes no le había prestado atención, probé de todo mediums, ángeles, tanatología.,» dice en entrevista.
En esa incesante búsqueda de respuestas y de sentirla cerca mediante múltiples terapias, retomó las clases de yoga que había dejado a un lado hacía un largo período de tiempo y encontró resolución.
«Yo me perdí en la tristeza y el yoga, mi tapete fue mi salvavidas,» explica.
Escuchar a Ana contar cuán duro fue este despertar es sentir que esta no es una historia cualquiera, que al contrario, pareciera has emprendido una travesía en barco de madera con ella. Mientras más reman, más propósito hallas al viaje y más alumbra el sol al mediodía.
Ana fundó The Dawn Project en septiembre de 2017 con el objetivo de ayudar a otras personas a procesar pérdidas a través de retiros de yoga vinyasa en lugares poco comunes y energéticos.
En febrero 2018 tomó un curso de 200 horas de yoga en Gypsea School, Costa Rica, y tres meses después organizó un primer retiro al que asistieron seis personas.
En 2019 los retiros de entre 3 y 5 días se llenan a capacidad y la emprendedora cuenta con un equipo de expertos que se especializa en el diseño de talleres para el alma, meditaciones y ejercicio consciente.
«Todo el tiempo estamos perdiendo… un bebé, un papá, un hermano, una relación, un trabajo, un coche, una fortuna y esa misma perdida podemos volverla otra cosa», explica. «Si el yoga me está ayudando a mí, yo lo quiero compartir», dice, aclarando que durante las horas que practicaba sobre el tapete se esfumaba la preocupación de aquello que había perdido, el dolor cesaba, su único enfoque estaba en su cuerpo.
The Dawn Project como concepto fue evolucionando de retiros especializados en pérdidas a incluir otra clase de experiencias que mezclaran la sanación con el disfrute de los destinos seleccionados, así como un seguimiento a los participantes después de cada evento.
Como emprendedora, Ana ve el crecimiento de su negocio como uno exponencial ya que, así tal cual ha descubierto los límites que le imponemos al cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones, está consciente de liberar la expresión y alcance internacional de su proyecto.
Su éxito radica en conocer su dharma y como una persona que prioriza el cultivo de su espiritualidad, relata que «para mí ha sido darme cuenta de las sincronicidades y que si voy por aquí y es buen camino todo llega. Entonces sí, al final de repente sí me ocupo un poco de ‘¡híjoles! ¿cuántas personas van a venir? Pero recuerdo que estoy co-creando con el universo y que si yo le pido, me lo va a dar. Así es como llegan mis clientes, van a llegar las personas que van a llegar. No estoy clavada en los números, en los profits, o en las cosas muy terrenales, sí fluye, sí. Al final es mucho de confiar, de pedir y confiar, yo llevo la empresa con el corazón», dice la también estudiante de tanatología.
The Dawn Project organizará su próximo retiro Cambia todo cambia, el 2 y 4 de agosto de 2019 en Zacatlán, Puebla. Para 2020, se prevé la planificación de retiros cada 2 meses, 6 veces al año, en México y otros países de Latinoamérica.
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Crédito de Fotos: The Dawn Project.