La cultura milenaria y diversa del sur asiático se puede apreciar a través de los cuencos. Los cuencos son vasijas usualmente fabricadas con 7 metales en referencia a cuerpos celestes: Sol, Venus, Saturno, Marte, Luna, Mercurio y Júpiter.
Hay algunos compuestos por 5 e incluso 12 metales dependiendo del país, las tradiciones y su uso.
La mayoría de los cuencos reconocidos en Occidente se producen en el Tibet, Nepal e India; en particular el primero, por su estrecha relación con las prácticas budistas.
Teniendo en cuenta que el ser humano está compuesto por un 80 % de agua, la frecuencia vibratoria de estos instrumentos puede explicar sus beneficios a la salud.
La armonización de los cuencos tibetanos produce una vibración o frecuencia que relaja el sistema nervioso y equilibra los centros energéticos del cuerpo, mejor conocido como los chakras.
Cuando colocados y tocados encima del cuerpo de una persona, los 7 metales utilizados para producir los cuencos tibetanos -el oro, el cobre, el plomo, la plata, el hierro, el mercurio y el estaño – simulan las siete notas musicales que activan los chakras aún cuando sus sonidos no sean totalmente percibidos por nuestros oídos.
En Occidente, la moda ha sido incorporar cuencos de cuarzo a las meditaciones y ceremonias de “sound baths” o baños de sonido. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con estos instrumentos porque, a diferencia de los cuencos tibetanos, la vibración de los cuencos de cuarzo es muy fuerte para algunos cuerpos de personas o animales soportar.
Las ondas que producen los cristales de cuarzo son regulares y simulan la estructura molecular del ADN. Son usados en múltiples terapias físicas y energéticas para desbloquear no sólo los chakras sino la fisiología como tal.
Hay múltiples beneficios del uso de los cuencos, he aquí los principales:
- Equilibrar los chakras
- Limpiar el aura de energías negativas
- Reducir el estrés y la ansiedad
- Mejorar la concentración y la estabilidad emocional
- Generar estado de profunda relajación
En estos meses he tenido la oportunidad de ir a varias ceremonias con cuencos tibetanos, cuencos de cuarzos y maestras increíbles. No obstante, debo reconocer que soy muy sensible a la frecuencia de los cuencos de cuarzo, no me es posible aguantar más de unos minutos porque mi cuerpo comienza a sentirse torturado. En vez de sentir relajación, si estoy mucho tiempo (1 hora) ya a los 10 minutos experimento rigidez y fricción en olas. Es por eso que prefiero los cuencos tibetanos ya que nunca he tenido ese problema.
Así que te invito a explorar ambas experiencias y elegir la que más te siente bien.
¿Ya has ido a una ceremonia «baño de sonido»? ¿Cómo ha sido tu experiencia? Cuéntame en la sección de comentarios.
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