Qué es la inteligencia emocional y cómo desarrollarla


Hay personas exitosas en relaciones, salud, profesión y empleo que no emplean habilidades correspondientes del llamado Cociente Intelectual (IQ).  Más bien, saben manejar y controlar sus emociones.

Si escuchaste alguna vez que vivimos en un mundo emocional, ya quizás habrás confirmado cuán correcto es ese argumento.

En el capitalismo, uno de los mayores factores de compra (y en el mercado de lujo aún más) es la emoción.

Si vendes una emoción – a través de historias, anuncios, estética -, te compran.

En las relaciones, las emociones también reinan. Elegimos personas por encima de otras para que sean nuestras parejas por aquello de: “es que con tal persona, sentí algo”.

Si conectas con una emoción – a través de presencia, entendimiento, tribu -, es fácil relacionarte.

Con las cosas materiales, el dinero, las necesidades básicas pasa igual. Aún la persona más inteligente, lógica y fría del mundo elegiría tomar un riesgo sobre otro según “sienta” una garantía, seguridad o un cambio a favor. Elegimos un apartamento sobre otro por el costo, probablemente, pero también porque nos gusta más “la vibra” de un lugar sobre otro y elegimos una crema de piel por encima de otra igualita por cómo “se siente”.

Entonces, si gran parte de cómo nos relacionamos entre individuos y materia está relacionada con las emociones, ¿por qué no se enseña popularmente la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la habilidad de identificar y manejar tus emociones así como identificar y saber cómo manejar las de otras personas.

El psicólogo Daniel Goleman, autor de Emotional Intelligence, asegura que una persona emocionalmente inteligente tiene la habilidad de: identificar qué está sintiendo, conoce cómo interpretar sus emociones, estar consciente de cómo sus emociones pueden impactar a otros, sabe regular sus propias emociones y sabe cómo manejar las emociones de otras personas.

Según establece que aunque hay personas que desarrollan naturalmente esta habilidad también es algo que se puede aprender y practicar con regularidad.

¿Cuáles son las 5 características principales de un alto coeficiente emocional?

  • Auto – conciencia: Se refiere a tu capacidad de reconocer cuáles son tus emociones, fortalezas, creencias limitantes, acciones y entender cómo estas pueden afectar a las personas a tu alrededor.
  • Auto – regulación: Se refiere a tu capacidad de manejar tus emociones y controlar tus impulsos, cómo muestras lo que sientes, de qué manera te reprimes, por qué y con quién.
  • Empatía: Se refiere a tu capacidad de identificar o entender las emociones de otras personas ya sea que lo imaginas o lo sientes literalmente en tu cuerpo.
  • Motivación: Se refiere a cuán fuerte es tu poder interior para disfrutar las cosas que sí quieres hacer, trabajar por tus metas y no sentirte desmotivado por factores externos (lo que piensen otros, dinero, estatus, etc).
  • Relaciones interpersonales: Se refiere a tu habilidad de manejar tus relaciones afectivas, filiales o profesionales de manera tal que todos encuentren escenarios de ganar-ganar.

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¿Cómo puedes desarrollar tu inteligencia emocional?

“El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en que aparece, constituye la piedra angular de la inteligencia emocional”. – Daniel Goleman

El primer paso es entender la génesis de las emociones.

El segundo paso es comprender cómo funcionan.

No todas las emociones son duraderas, algunas son pasajeras pero nuestra reacción a ellas puede tener graves consecuencias si no las identificamos y regulamos a consciencia.

Entonces, un próximo paso importante, que recomienda Goleman, es mantener un diario de las situaciones detonantes: qué te causa miedo, tristeza, coraje y cómo sueles responder ante estos “triggers”. Descubre los patrones y busca retroalimentación para explorar nuevas o mejores formas de responder a lo que ocurre en tu vida.

Otro ejercicio (favorito mío) es hacer un inventario de tus relaciones actuales tanto con personas como con cosas tangibles e intangibles: Qué sientes con cada relación, donde fluyes y por qué, con quién sientes tensión y por qué…  Y alterar cómo eliges relacionarte con ellas. Y ver qué pasa porque todo desarrollo implica práctica, prueba y error.

No obstante, tomar esta ruta de crecimiento implicará también entender tu proceso interno. ¿Cuán capaz eres de aceptar tus emociones, por más lindas o más feas que te parezcan, y no enjuiciarte? Es decir, es importante que si decides desarrollar tu inteligencia emocional practiques la autocompasión con tu mente y tu cuerpo en momentos en que pareciera que “no has aprendido la lección” y repetiste patrones emocionales.

Quiérete lo suficiente como para ser tu mejor amig@ en este proceso de autodescubrimiento y aprendizaje y anímate a expresar lo que sientes a los demás.

Todos pasamos por procesos.

Si te gustó esta lectura, te invito a estar pendiente de la serie de artículos sobre emociones, empatía y liderazgo emocional que estaré publicando los próximos días en esta página.

A continuación te recomiendo los siguientes libros para ayudarte en tu andar:

The Astonishing Power of Emotions, Esther Hicks, Jerry Hicks (¡Super recomendado!)

How Emotions are Made, Lisa Feldman Barrett

The Language of Emotions, Karla McLaren

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