Queda evidenciado que las relaciones humanas pueden ser tan complejas como tan simples como queramos.
En la sección de Dualidad y Alquimia, hemos trabajado algunos de estos supuestos y hoy, con la publicación del más reciente artículo Las diosas que hay en ti, quiero compartir contigo esta nota complementaria sobre los arquetipos que activan más los hombres.
¿Qué son los arquetipos? La teoría más común de los arquetipos toma de referencia el trabajo del psicoanalista Carl Jung. Jung argumentaba que los seres humanos activábamos o actúabamos según roles e ideas universales. Nuestro pensamiento, comportamiento y estilo-visión de vida estaría influenciado por ello.
La psicoanalista Jean Shinoda Bolen ha descrito ocho arquetipos en su libro Gods in Everyman que nos pueden ayudar a conocer múltiples formas de ver la vida, sentirla y experimentarla.
Recientemente, leí el libro y encontré en ese proceso de introspección que así como hay muchas vidas y muchos maestros como decía Brian Weiss, así también los hombres experimentan la activación de múltiples “dioses” según la etapa de nuestra vida en que se encuentren.
Claramente, existe la posibilidad de que vivamos un arquetipo en exceso y nos refugiemos en él.
Existe la posibilidad que experimentemos retos y oportunidades con cada arquetipo o que nos sintamos aferrados o estancados en el comfort zone o aterradas de explorar otras energías, otras formas de ser o de vivir la vida.
Lo aconsejable, y eso lo dice tanto Bolen como Cherry Gilchrist, es que nos abramos a desarrollar varios arquetipos, múltiples formas de ver, experimentar y sentir el mundo.
A continuación encontrarás un resumen de los dioses que hay en ti para iniciar la exploración o cultivar aún más tu camino evolutivo:
Zeus
Representa la responsabilidad, la necesidad de mantener el orden heteronormativo, la tradición y la cultura patriarcal. Su imagen es de hombre autoritario, dominante y alfa. Al activar este arquetipo, el hombre asume la postura de líder, inspira a otros a seguirlo y es inteligente en manipular o castigar a quienes no lo hagan. Es padre de familia y sabe asignar roles a los miembros de su grupo para que cumplan con sus metas o intereses personales. Con el tiempo puede desarrollar sabiduría que complemente su liderazgo pero en exceso puede ser muy autocrítico y duro consigo mismo, tirano ante los demás. Es importante balancear este arquetipo con el desarrollo de la energía de otros como Apolo, el dios de la justicia, Hermes o Dionisio que traerán más alegria, compasión y disfrute por la vida.
Poseidón
Representa el mundo de los sueños, las emociones y la creación de nuevas realidades. Su imagen es de un hombre poderoso, profundo, secretivo y que se expresa a través del arte. Al activar este arquetipo, el hombre se permite explorar sus sentimientos sin juicios, cómo comunicarse con facilidad y emprende la tarea de aprender a manejar sus emociones. Como el mar, en ocasiones es calmado, sereno, imponente y en otras inestable, turbulento, abusivo, destructor. Es importante balancear este arquetipo con la energía de Hades o Zeus para evitar caer en excesos de orgullo, adicción o lastimar a las personas que más quiere, ya sea por bloqueos en comunicación o por su deseo de controlar lo que está a su alrededor.
Apolo
Representa la justicia, la moral, la razón. Su imagen es del arquero príncipe que se prepara para ser rey magnánimo y benevolente. Al activar este arquetipo, el hombre puede tomar decisiones claras, precisas y expandir sus ideas y sus negocios con la carisma del sol y la búsqueda de la equidad. Para Apolo, la vida es una ecuación de ganancia o pérdida por lo que puede llegar a ser muy duro con las personas a su alrededor ya que más que la lealtad, este arquetipo privilegia que uno cosecha lo que siembra y si no tiene los resultados que desea, no es porque tuvo mala suerte o fue traicionado sino porque pudo trabajar y ser mejor que el Otro. Es importante balancear este arquetipo con la energía de Poseidón y Hermes lo que le permitirá empatizar más con las personas y romper con el ciclo de juicio o crítica hacia él mismo o los demás.
Ares
Representa la pasión, las emociones intensas y la guerra. Su imagen es de un gladiador o luchador campeón en busca de su próxima conquista. Al activar este arquetipo, los hombres pueden fortalecer su disciplina, enfoque y perseverancia. Se sienten motivados en competir, proteger su terreno, alcanzar sus sueños y dar todo de sí en sus relaciones. Este es el arquetipo de hombre que usualmente se promueve en sociedades occidentales y sin embargo, denota la misma complejidad que Perséfone en las mujeres. Cuando Ares no tiene un motivo de ser, no es necesitado, no alcanza sus metas o recibe la bienvenida para ofrecer su “servicio de combate” o demostrar su “talento”, su energía pura masculina lo lleva a evolucionar en tres posibles arquetipos: el tirano autoritario en el mundo exterior (Zeus, Poseidón), el curioso solitario (Hermes, Efesto) o el tirano manipulador en el mundo sentimental (Hades, Dionisio). Esa energía debe ir a alguna parte por lo que es importante balancear este arquetipo con la energía de Apolo, que le da visión, justicia e intelecto para continuar su camino, así como la energía de Hades, que le permite explorar su subconsciente para encontrar motivación y sentido a sus hazañas.
Hades
Representa el inframundo, el inconsciente, los pensamientos y los sentimientos que no nos atrevemos a sacar a la luz. Su imagen es del rey de la muerte y el conocimiento de lo oculto. Al activar este arquetipo, el hombre trabaja sobre su subsconciente, cultiva su interpretación de sueños y desarrolla una hipersensibilidad que le permite conectar el qué y el por qué ocurren ciertas cosas. Si el hombre sólo activa este arquetipo y no cultiva otros que permitan sopesar su fuerte energía terminará experimentando largos períodos de soledad, parálisis y depresión. Es importante balancear este arquetipo con las energías de Zeus, Hermes y Dionisio para evitar refugiarse en la manipulación, el control o secuestro -emocional, psicológico o físico- de otras personas (Hades secuestró a la inocente Perséfone, condenándola al inframundo) y últimamente, la insatisfacción con él y la vida misma.
Hermes
Representa la alegría de la exploración, la aventura y la comunicación fluida. Su imagen es del dios de los viajeros, los mensajeros y los ladrones o corsarios. Al activar este arquetipo, el hombre embarca en una travesía para abrirse a nuevas ideas, conocer nuevas personas y viajar a nuevos lugares. Se convierte en una persona de mundo, culto, fluye con la corriente y le es fácil de relacionarse. Pasa que, a diferencia de los otros dioses, Hermes es el más presto a dispersarse y no madurar de niño a adulto. Eso lo hace a veces inconsistente en sus decisiones e inestable emocionalmente. En exceso, le huye a los compromisos, se emociona por cualquier persona o cosa, atrae peligros, no llega a tiempo y por ser admirador de la espontaneidad, no le gusta hacer planes. Es importante balancear este arquetipo con la energía de Apolo, que le da firmeza y estructura a sus ideas, y Ares, lo que le permite poner sus talentos al servicio de los demás.
Hefesto
Representa la invención, la soledad y la creación. Su imagen es el del artista genio que no siempre es reconocido. Al activar este arquetipo, el hombre manifiesta sus ideas en el mundo material, es capaz de crear arte, belleza y es un arduo trabajador. En la mitología griega, fue el creador de la famosa Caja de Pandora y el creador del trono de oro de Hera (en parte, un castigo). Es importante balancear este arquetipo con la energía de Zeus, Hermes o Ares ya que Hefesto tiende a encerrarse en su mundo de ideas y no comunicarlas por miedo a ser rechazado, criticado o enjuiciado. Si bien busca canalizar sus emociones a través de sus obras, es fácil para él sentirse incomprendido y en ocasiones, recurre a la soledad o a planificar venganzas contra personas que le hayan causado heridas emocionales.
Dionisio
Representa la naturaleza, los excesos, las fiestas, el amor por los placeres de la vida, el salvajismo. Su imagen es de un príncipe con cualidades seductoras como Afrodita. Al activar este arquetipo, el hombre puede liberarse de los prejuicios, estereotipos y críticas de las demás personas para encontrarse a sí mismo y ser uno con la naturaleza. Usualmente, prefiere la compañía de mujeres por encima de la de hombres que cuestionan su masculinidad. Hay algo sumamente interesante en la figura de Dionisio y es la preferencia a “ganarse el amor de las mujeres” porque siempre necesitó el cariño de su madre (en la mitología, al nacer su mamá se prendió en llamas). Por su carácter seductor y su deseo ardiente de conseguir afecto, este arquetipo en exceso lleva a los hombres a condicionar su valía según cuánto incremente su hambre sexual, el número de conquistas, el culto al cuerpo (inclusive el propio como objeto de afecto y validez) y la adicción a placeres no siempre saludables. Es importante balancear este arquetipo con la energía de Zeus, Hades, Hermes y Apolo para evitar caer en la agresividad, la violencia doméstica, las adicciones o la privación de vida. Sin activar otros arquetipos que le provean suporte y estructura, Dionisio permanece un niño en cuerpo de hombre que, a diferencia de Hermes, teme el rechazo de las mujeres y se auto-exilia de la camaradería de otros hombres (que no tengan su mismo arquetipo), si estos le intentan “orden” o guiarlo hacia la “madurez”. Si no trabaja los arquetipos anteriores, Dionisio puede desarrollar la ira de Poseidón, la manipulación de Hades o la agresividad de Hades para conseguir un amor que nunca va a encontrar. Aunque lo comparan con Afrodita, la herida emocional de Dionisio es más profunda porque actúa ante la falta de respuesta de su madre, de saberse querido, aceptado y cuidado. Buscará en otras mujeres aliento, cuerpo, nutrición pero ante el compromiso, la lealtad o el deseo de familia que le comuniquen sus parejas, huirá, sintiendo en sí un doble fracaso: no pudo arreglar su pasado ni construir su futuro. Entonces, queda sólo estancado en el presente.
Espero que este artículo te sea de mucha utilidad, conocer estos arquetipos y trabajar con ellos ha sido muy revelador para mí y mis relaciones. Si te gustó este artículo, recuerda que ya está disponible en el blog su complemento Las diosas que hay en ti, donde te resumo los arquetipos que activan las mujeres.
Si nos basamos en la mitología greiga, yo pido Prometeo. Te va mal en los higados, pero hacer bien a los demás.
Griega… diablos, estoy medio dormido…