Aplicado a las rupturas de corazón y bienestar humano.
He seguido el trabajo de Candice Kumai por casi un año por lo que cuando dio a conocer que lanzaría un nuevo libro sobre Kintsugi, no dudé en esperarlo con ansias.
Kumai ha sido una de las pocas chefs en su campo más honestas con las pérdidas dolorosas que ha sufrido en su vida personal y profesional. Su más reciente obra literaria es producto de más de cinco años de sanación y reconocimiento de su cultura ancestral.
Como japonesa-americana, crecer en EE.UU. supuso un dilema a su identidad y las expectativas sociales, culturales y, en ocasiones, contradictorias a la que estuvo expuesta desde muy temprana edad.
De entrada puedo describir el libro como un viaje muy bien curado de Japón. El diseño fotográfico y el contenido denota mucho cuidado y hasta un poco de contención. Si bien Kumai relata el recorrido emocional que vivió en sus múltiples viajes a Japón para reconectar con su familia y aprender de ellos, no extiende por mucho ese diálogo con el lector.
Pasa directo a compartir los pilares del Kintsugi, el arte japonés de reparar con oro las fisuras en las cerámicas. Según los japoneses, cuánto más fracturada y enmendada está una vasija, más aumenta su valor.
Kumai extendió esa interpretación a las fracturas de su vida y nos comparte cómo podemos nosotros aplicarlas a la nuestra.
El tipo de trabajo que nos plantea, tomando inspiración en la cultura de la nación del Sol naciente (y pueblo guerrero y sobreviviente de guerras, terremotos, tsunamis, etc), está dividido en 10 principios que explico a continuación:
- Wabi-sabi: Admirar la imperfección
Nada ni nadie es perfecto. La juventud y los tiempos tampoco lo son. Por eso acepta la belleza cuando la tengas de frente y prepárate para los momentos de sufrimiento. Simplifica tu vida, trabaja en el amor propio y en dejar atrás los juicios y las comparaciones. Abraza la imperfección.
- Gaman: Ejercitar la resiliencia
Aquí trata el caso del tsunami 2011 y el espíritu del pueblo que en vez de desesperarse por el trauma, mantuvo la calma y el (aparente) control. Plantea que cuando vivamos tiempos difíciles, descansemos lo que el cuerpo nos pida, cortemos con los excesos (azúcares, alcohol, drama, etc) que nos impiden pensar claramente, meditemos, tomemos acción y nos ejercitemos, etc.
- Eiyoshoku: Nutrir el cuerpo
Escucha las necesidades de tu cuerpo y no le temas a cocinar platos que sí lo nutran. En este capítulo comparte varias recetas.
- Ki o tsukete: Aprender cómo cuidarnos apropiadamente
Vela por tu salud y separa el tiempo que necesites para recargar baterías, escuchar tu intuición y tomar decisiones que aporten a tu bienestar. Suelta el miedo de cortar o poner límites a toda relación o acción que te cause daño. Enfócate en lo positivo. Aquí ella repara en las costumbres de Okinawa, una isla nación que fue controlada por Japón en 1953, y cuya población ejercita a ser una con la Naturaleza.
- Ganbatte: Siempre hacer tu mejor esfuerzo
Da lo mejor de ti, prepárate para los desafíos, sé puntual y confía en tu capacidad de que si diste tu 100 % (a pesar que otras personas no lo vean así) fue más que suficiente.
- Kaitzen: Mejora continuadamente
No detengas tu crecimiento personal ni profesional. Siempre hay áreas donde puedes mejorar.
- Shikata ga nai: Aceptar lo que no se puede remediar
Para los japoneses, no es bien visto quejarse. Está el concepto de «ocurrió, ya no se puede hacer más nada». Por ende, se busca aceptar lo que no se puede remediar y continuar el camino.
- Yuimaru: Cuidar tu círculo interno de personas
Concíliate con ser parte de tu comunidad. No temas mostrarte vulnerable cuando te sientas así. Haz el compromiso de ser parte de ella y dejarte abrazar, sostener, amar.
- Kansha: Cultivar una sensación sincera de gratitud
Dar gracias por los dones que tienes y las ofrendas de servicio que recibes de otras personas. Cultivar la gratitud implica, para los japoneses, también sonreír desde el corazón y esa es una práctica que toma tiempo y requiere de ti, paciencia.
- Osettai: Servir a los demás, entregar regalos que hagan sus vidas mejor
Comparte tu talento, tus conocimientos, tu hospitalidad y los deseos de tu corazón.
Cada principio cuenta con su propio capítulo en el libro con una sección dedicada a recetas que debo reconocer, ya he probado algunas increíbles como los pancakes de batata, (sweet potato) o las tostadas de aguacate con miso. Estoy aún por conseguir el matcha orgánico pero lo tengo en mi lista dado que hay muchas recetas de postres y entradas principales en las que se puede incluir este.
Terminé la lectura complacida porque los que me conocen saben que la cocina es una de mis pasiones y, en otra vida y de la que sí tengo memoria fui japonesa, así que fue significativo para mí conocer más del archipiélago al que muy pronto espero viajar.
¿Es un libro para todo el mundo? Honestamente, no.
Kumai explica referencias culturales que dan pie a sus 10 principios, anteriormente expuestos, pero no profundiza en el impacto que estos tendrán en nuestras vidas. Sí es un libro estéticamente muy bonito, su lectura es ligera y definitivamente, hay una historia y trabajo de curación encomiable que lo sustenta.
Lo que sí considero que nos aporta este libro es que no olvidemos que la vida tiene altas y bajas, la alegría y la tristeza, el placer y el sufrimiento y todos sus matices de grises son parte de nuestra experiencia humana. No valemos menos por haber sufrido más que otros, en cambio plantea la idea de que al abrazar nuestras imperfecciones y heridas sabremos valorar más nuestro carácter. Estamos aquí hoy.
me encanto 🙂
Gracias Bastian, mucha luz y bendiciones para tu andar.