Puede que esta sea la parte más difícil.
No todos queremos quitarle la tirita a la herida para ver cómo está.
No todos estamos dispuestos a enfrentar la sangre, la putrefacción de un área de nuestro cuerpo, de nuestras vidas.
Y sin embargo, si te atreves a mirar qué ocurrió (cómo más que el por qué) abrirás la puerta a una posibilidad de cambio.
Si te atreves a ver sabrás cuánto habrás sanado y cuánto no.
Si identificas qué te bloquea, lo reconoces a conciencia, sabrás qué medicina necesitas tomar.
Qué pasos son imprescindibles para tu evolución.
Hoy te invito a reconocer tus miedos y que estos no te controlen más. En este reto quizás no podamos trabajar todos pero escoge 1 o 2 que más te perjudiquen para sanar.
Según Williamson,
«Cuando el pensamiento se separa del amor, da lugar a creaciones profundamente falsas. Es nuestro propio poder vuelto en contra de nosotros mismos. En el momento en el que la mente se apartó por primera vez del amor – «cuando el Hijo de Dios se olvidó de reír»- cobró existencia todo un mundo ilusorio. Un curso de milagros llama a ese momento el «desvío hacia el miedo» o la «separación de Dios».
«El ego tiene una seudovida propia y, como todas las formas de vida, lucha con uñas y dientes para sobrevivir. Por más incómoda, dolorosa o incluso a veces desesperada que pueda ser nuestra vida, es la vida que conocemos, y nos aferramos a lo viejo en vez de probar algo nuevo».
Muy cierto, cuando el pensamiento se aleja del amor, no sale nada bueno…Saludos!