Un viaje al centro de la Tierra


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La entrada al túnel no es fácil. El piso es muy mojado, rocoso e inestable.  La vista tarda unos minutos en adaptarse a la oscuridad.

No soy muy fan de los guías turísticos de sitios cerrados porque tienen un discurso muy preparado y mecánico que le quita la diversión a la historia que te quieren contar. Muchas fechas y cálculos para explicarte la historia de la Catedral de Sal, considerada la primera maravilla de Colombia. Y vaya… que te lo recuerdan una y otra y otra vez.

Tras varios accidentes, esta mina se convirtió en un templo religioso y varias de sus bodegas fueron esculpidas para representar las estaciones del viacrucis. Si no eres fan de la religión, mirar más allá de las cruces y las muy abstractas obras de arte te ayudará.

Pero no por mucho tiempo, ya que el recorrido es rápido y los guías cada vez que pueden te regañan por sacar la cámara para selfies y esas fotos extraordinarias. Hay que ser pacientes y esperar hasta el final del tour, cuando tengas libertad de movimiento para recorrer las bodegas en tranquilidad.

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Quizás lo más impresionante de esta mina ubicada a unos 200 metros debajo de la Tierra es cuánto le hace justicia a cuanta película galáctica existe.

La forma de los cráteres, los colores (algunos iluminados con luces artificiales para el show), las texturas de los minerales y el distintivo olor (a playa sin brisa) es motivo de asombro.

Una vez llegas a la iglesia, que era utilizada por los mineros para misas y luego, para el público general, reafirmas la devoción de esta construcción. Pensar en los riesgos que conlleva la excavación y agradecer a los cielos y sus ángeles (estatuas por todas partes) por cuidar del personal y sus visitantes para que no sucumba nuevamente esta obra.

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Para los que se pregunten cuánta sal realmente necesitamos para seguir excavando, sepan que la necesidad de sal va más allá de la cocina y el yodo del hospital.

Según aprendí en esta visita, esta sal se utiliza para la confección de jabones, detergentes, papel, cuero, la industria química, el procesamiento de metales, la construcción de carreteras, etc.

Muy útil pues.

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En el gozo del libre albedrío después del recorrido guiado, pegué mis manos a las paredes para reenergizarme. Me tomó unos minutos sentir la energía pero sí, las brillantes paredes de roca y tierra tenían una energía tenue que con el pasar del tiempo se volvía sólida. Lo más lindo de ese encuentro con las pulidas  entrañas de la Tierra fue sentir que estaba viva. Sentir en las manos su palpitar. Ya cuando llegas a esa profundidad, el ruido de las personas no se escucha, los ecos no resuenan a menos que quieras gritar.

Esta no fue una visita sino una expedición. Se siente así. Que estás en caminando en un lugar extraño que se parece a la Luna, Marte y paisajes similares a Interstellar (2014) combinados con The Core (2003).

¿Visita recomendada? Sí, quince veces sí.

Aún si no eres muy amante de la religión, este lugar es un imperdible de Colombia y una de las pocas atracciones sin par que conocerás en tu vida.

 

(Fotos por Natalia Bonilla)

1 comentario

  1. Alguna vez tuve la oportunidad de ir, y como mencionas, es una verdadera maravilla lo que los mineros, con su esfuerzo a través de mucho años lograron excabar. Y hay que recordar que para ellos es una catedral, un lugar de culto a un dios al cual rezan cada día para que los protega en su trabajo, uno de los más peligrosos del mundo.

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