Una vez más la incertidumbre sombrea la región asiática por un temible y posible “error de cálculo” de parte de Corea del Norte y EE.UU. Pero, ¿qué sabemos exactamente?
Hace ocho años preparé un reportaje para Revista Latitudes sobre cómo el régimen de Kim Jong-il utilizaba las pruebas de misiles balísticos para capturar la atención de la comunidad internacional y lograr mayor ayuda humanitaria. En aquel entonces, el profesor de política internacional de la Universidad de Puerto Rico Raúl Cotto me indicó que Pyongyang quería probar su “autosuficiencia militar hacia su propia población” y “establecer un nuevo armisticio” con Corea del Sur y EE.UU.
Eso no ocurrió. Es más, el 27 de mayo de 2009 Corea del Norte declaró nulo el tratado del 27 de julio de 1953 que puso fin a la Guerra entre las dos Coreas y que marcaba la línea divisoria conocida como el Paralelo 38.
En 2017, encaramos una nueva realidad geopolítica en el área con los mismos actores pero con visiones, particularmente distantes a las de sus predecesores. Ni Kim Jong-un es su padre ni Donald Trump es Barack Obama y ambos proyectan una visión del mundo cada vez más realista. Cada Estado por su propio pellejo.
Más que explorar acciones y consecuencias de posibles escenarios de conflicto en la Península Coreana -que por décadas expertos han explicado casi a la perfección-, considero más eficiente detallar posturas y aclarar dudas:
Hasta la fecha, ¿cuáles son los hechos?
- Las recientes maniobras conjuntas entre las fuerzas armadas estadounidenses y surcoreanas alertaron a Pyongyang. A principios de abril, el régimen advirtió a Washington que el envío y presencia del portaaviones Carl Vinson a la zona llevaría a “consecuencias catastróficas”.
- El pasado sábado, Corea del Norte celebró el 105 aniversario de Kim il-Sung, fundador del país, con un desfile militar. Falló en el lanzamiento de un misil, que según confirmó el Comando del Pacífico de las Fuerzas Armadas de EE.UU., no era uno balístico intercontinental.
- EE.UU. ha entablado diálogos con China, uno de los principales aliados de Corea del Norte (y del que importa 85 % de sus productos), para contener la situación. Sin embargo, Trump indicó en su cuenta de twitter que si China es de ayuda, la nación norteamericana “resolverá el problema sin ellos”.
- El viceministro norcoreano Han Song-Ryol ha expresado que el país realizará pruebas de misiles con frecuencia semanal, mensual y anual. Aseguró que, si EE.UU. provoca a la nación, comenzaría una “guerra total”.
- El vicesecretario de EE.UU., Mike Pence, comenzó su gira este mes por Asia y el Océano Pacífico con una visita oficial a Seúl para conocer las tropas estadounidenses destacadas en el país. Al visitar la zona desmilitarizada en la Península, Pence expresó que «la era de la paciencia estratégica» de EE.UU. se había agotado y que todas las opciones se encontraban en la mesa para la desnuclearización de la Península Coreana.
¿Cómo se interpretan los hechos?
- Cuando Trump explicó en su cuenta de twitter que EE.UU. resolvería “el problema” dejó la puerta abierta a muchas posibilidades tanto económicas, políticas como militares. Eso sólo ha alimentado la preocupación de que la nación norteamericana lance un ataque preventivo.
- Según el reconocido think tank Cato Institute, EE.UU. espera que China aplique a su aliado la política de “carrots and sticks” (castigo para recompensa) para inducir a un mejor comportamiento que nivele las aguas.
- La actual tensión diplomática se considera como parte de una estrategia de la Administración Trump para sólo demostrar poderío militar después de peculiares ataques contra el Estado Islámico en Siria y Afganistán.
- Aunque la data sigue siendo escasa, expertos aseguran que Corea del Norte no cuenta con la capacidad de atacar directamente a EE.UU. pero que sus misiles tienen a su alcance, no sólo Corea del Sur y Japón, sino también el territorio estadounidense Guam, sede de varias bases militares
- Hay otros expertos que aseguran que Corea del Norte teme que este sea un intento de EE.UU. y Corea del Sur de derrocar al Gobierno.
¿Qué esperar?
- Si la tensión diplomática aumenta, EE.UU. podría incrementar sanciones económicas a Corea del Norte, entre las medidas ostentadas un embargo al petróleo y una prohibición global a la aerolínea estatal Koryo.
- Si ambas partes muestran interés de diálogo, la Administración Trump podría llegar a un acuerdo bilateral para que Corea del Norte paralice su programa nuclear.
- Hay una clara tendencia entre los académicos a pensar que el peor de los casos será una guerra declarada entre las dos Coreas con la intervención de China y EE.UU. apoyando a sus respectivos aliados y sin descartar, el uso de armas nucleares.
Pocos, si alguno, descarta que la actual tensión diplomática en la Península Coreana se desvanezca de la noche a la mañana.
A continuación, varias lecturas recomendadas:
Trump tells Japan ‘all options on the table’ in face of North Korea provocation
America Can’t Do Much About North Korea
How should U.S. and allies confront North Korea?
Four Foreign Policy Lessons From the North Korea Showdown
Is America Really Ready for a Second Korean War?
On China And North Korea: The Strength Of Weakness And The Limits Of Power
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(Imagen de portada publicada en Maoist Rebel News, fuente de visual)
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