Con la firma de varias órdenes ejecutivas este mes, la Administración de Donald Trump encamina a la nación norteamericana a acabar con la “guerra contra el carbón” y revitalizar la industria de combustibles fósiles.
La orden ejecutiva “Independencia Energética” firmada el pasado martes suspende varias medidas adoptadas por el expresidente Barack Obama. Todas ellas, incluyendo la paralización de obras sobre los polémicos oleoductos Keystone XL y Dakota Access, fueron restablecidas por Trump. El actual mandatario lanzó, con el decreto y sumado a dos órdenes anteriores firmadas en marzo, invitaciones a las empresas TransCanada y Energy Transfer Partners, respectivamente,para que sometieran nuevamente peticiones de permisos faltantes al Gobierno de EE.UU. y que la burocracia no sea un impedimento para la aprobación de estos proyectos millonarios.
“Este es el inicio de una nueva era para la producción de energía en Estados Unidos y la eliminación de la intrusión gubernamental en el sector», dijo Trump.
En un comunicado, la organización Greenpeace indicó que la moratoria no traerá de vuelta los empleos de carbón ni hará que la transición necesaria a una economía de energía limpia sea más rápida.
“Las promesas vacías no cambiarán el hecho de que el mundo ya está abandonando el carbón y su contaminación y ha llegado el momento de pasar de una industria que no tiene un futuro a largo plazo, que se ha opuesto en gran medida a cualquier verdadero desarrollo en los pueblos, y que ha contaminado nuestro entorno descaradamente durante generaciones. No importa qué fantasía esté vendiendo la administración de Trump, Greenpeace defenderá una transición justa que creará más y mejores empleos”, dijo la directora de Greenpeace en Estados Unidos.
La nueva política ambiental de Trump supone un revés al legado de Obama con su “Plan de Energía Limpia” que tenía como objetivo contribuir a la lucha contra el cambio climático. ¿Cómo? Manteniendo al margen a las autoridades federales de los proyectos de producción energética. Cabe destacar que la Administración Obama (2008-2016) buscó implementar un plan a nivel nacional que provocara la reducción en un 32 % de las emisiones de carbono de las centrales termoeléctricas (respecto a los niveles registrados en 2005) para 2030. . Aunque la crítica de sectores ambientalistas iba dirigida a que la política era ambiciosa pero no lo suficiente, EE.UU. sí reconocía su responsabilidad de ser uno de los dos países, junto con China, que producían más emisiones de CO2, alrededor de un 40 %. (Leer análisis recomendado aquí)
Aún se desconoce la postura de la Administración Trump sobre la ratificación del Acuerdo de París, firmado en 2016 y cuyo objetivo es mantener el aumento de temperatura del mundo por debajo de los 2 grados centígrados e impulsar medidas para frenar el cambio climático. El magnate y actual mandatario estadounidense ha expresado en repetidas ocasiones sus dudas sobre si el cambio climático es un fenómeno real o no.
Las órdenes ejecutivas de Trump de este mes suman a la polémica por los significativos recortes al presupuesto y personal de la Agencia de Protección Ambiental (mejor conocida como EPA por sus siglas en inglés).
A continuación varios enlaces de interés sobre este tema:
The climate change battle dividing Trump’s America
Trump signs order dismantling Obama-era climate policies
Trump entierra la lucha contra el cambio climático de Obama
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(Foto de portada tomada de Inhabitat.com)
El final del Imperio Americano.