Hace poco más de dos meses, entrevisté al escritor puertorriqueño David Camacho Colón, un joven de 31 años que había viajado a 48 países y estaba a punto de añadir una nueva decena a su lista. Cuando dialogamos vía telefónica se encontraba a punto de partir de San Juan -donde estuvo unas semanas para volver a reconectar con su familia- para iniciar una aventura por el Medio Oriente, con cuatro invitaciones para presentar sus experiencias y libros en varios lugares de Egipto, incluyendo la famosa Biblioteca de Alejandría.
Este mes, el autor de novelas como «Los Zapatos Blancos» (2013) y «Signe» (2015), celebró su segundo aniversario como «mochilero» y anunció en su blog que comienza a escribir su tercer libro. Consideré que era un buen momento para darle seguimiento desde Cosmpolita y compartir con ustedes esta nueva etapa de su historia:
Natalia Bonilla: La última vez que dialogamos estabas a punto de emprender un viaje hacia el Medio Oriente. ¿Cómo fue tu experiencia por Egipto y esos lares?
David Camacho: Una experiencia increíble. La gente es muy amigable y, especialmente durante las presentaciones de mis novelas en Cairo y Alejandría, me recibieron con mucho interés. Además, la calidad de los monumentos que tienen es impresionante. Lo mismo digo de Petra en Jordania y de Jerusalén en Israel.
Ahora, los contrastes entre esos tres países son muy fuertes. Egipto vive una pobreza extrema, en ocasiones comparable a la que vi en India, y es muy conservador; un beso o abrazo en el cachete entre amigos del sexo opuesto es un tabú como también lo son muchas otras cosas. Jordania está muy bien desarrollado pero aún se nota algo de esos rasgos conservadores, como lo es el velo. Israel es prácticamente un país europeo donde la falda corta o el homosexual no es un tabú, pero el gobierno esconde del ciudadano común la gravedad de los conflictos que existen entre musulmanes y judíos.
Lamento decirlo, pero el Medio Oriente es demasiado conservador para mi gusto y me imagino que, para las chicas, más aún (con el acoso constante de los hombres). Regresaría a visitar los países que aún no he visto, claro está, pero no todos a la vez.
NB: Anteriormente, tus viajes se habían centrado en Eurasia y Asia. ¿Qué aprendiste de las culturas del Medio Oriente que complementa tu aprendizaje del mundo asiático?
DC: En general, la gente es muy amigable y hospitalaria sin importar su clase económica. También me sentí muy seguro en casi todos los países, cosa que me lleva a la conclusión de que la pobreza no queda atada a la violencia como normalmente pensamos. Además me sorprendió mucho el nivel de desarrollo de Corea y Japón, pero más aún el de China, que a nivel de infraestructura ya compite bien con los países desarrollados inclusive en partes del oeste del país.
NB: Y, ¿qué puntos de encuentro o de diferencias marcadas descubriste?
DC: De repente te menciono algunas diferencias marcadas que me impactaron. Una es los niveles de limpieza y disciplina de la gente en Japón; son los más altos que he visto en el mundo. Otra es el respeto a los padres y mayores de edad; ojo, que no digo que eso esté bien del todo. Se me hizo muy común conocer personas que estudiaron lo que sus padres quisieron o que no se casaron con quienes amaban, sino con quienes sus padres aceptaron.
Y la más que me afectó como viajero fue los niveles de pobreza que vi en el sur y sureste de Asia, lo común que se me hizo ver gente viviendo sobre su propia basura en condiciones infrahumanas; esos niveles de pobreza simplemente no existen en Puerto Rico.
NB: Ahora mismo te encuentras en Finlandia y justo a tiempo para celebrar tu segundo aniversario como mochilero. ¿Cómo celebraste allá ese acontecimiento?
DC: Llevo poco más de tres semanas. Mi segundo aniversario coincidió con el fin de semana de los días más largos del año. Aquí el sol no se pone hasta la 1:00 a.m. y sale tan temprano como a las 4:00 a.m. Conocí un par de amistades acá y nos fuimos de fiesta.
NB: En tu escrito de aniversario, planteas una reflexión muy profunda «he hecho todo lo que he querido hacer». ¿Cómo llegaste a esa conclusión que se podría interpretar como ‘he vivido lo suficiente’?
DC: No hay por qué llegar a esa conclusión suicida. ¡Nunca se vive lo suficiente! Con “he hecho todo lo que he querido hacer” me refiero a que siempre estuve acostumbrado a tener muchos sueños y metas a lograr, ya fuera de viajes o de carrera. Sin embargo, ahora, habiendo cumplido tantos de esos sueños y habiendo echado otros de ellos a un lado porque simplemente han perdido su importancia, el reto está en innovar, en buscar nuevas metas. Ya no tengo la conciencia molestándome, diciéndome todas las cosas que quiero hacer y que no he hecho. Ahora me molesta pidiéndome nuevas metas, nuevos sueños. Son dos cosas muy diferentes y el sentido de libertad que eso te otorga es difícil describir.
NB: En esa reflexión, anuncias que tu tercer libro no será ficción y que buscarás que, de alguna forma, contribuya a la sociedad. ¿Nos podrías ofrecer más detalles?
DC: La idea es recoger lo que he visto en los diferentes países y digerirlo de tal manera que cualquier país pueda ver con otros ojos los problemas que tiene y quizás entenderlos de otra manera.
En el caso de Puerto Rico, por ejemplo, yo considero que el problema raíz de nuestra situación económica y social tiene algo que ver con nuestro estatus político pero muchísimo más que ver con el hecho de que, desde los tiempos de los españoles, nunca hemos tenido ni planificación ni diseño de ciudades. Nunca. Ese problema abunda en el continente americano, incluyendo a los Estados Unidos; será quizás por eso que no lo identificamos como problema, porque sin buenos ejemplos a nuestro alrededor, desconocemos lo mal que nos va.
La gente en los países europeos y asiáticos (China, Corea, Japón) queda sorprendida cuando les cuento cómo vivimos en EE.UU. y en Puerto Rico. La mayoría de la gente se siente de lo más cómoda con su casita en una urbanización, muchas veces sin darse cuenta de lo que pierden segregándose de otras comunidades y encerrándose en sus burbujas.
Usamos el carro como una prótesis imprescindible para nuestras necesidades más básicas, para nuestros trabajos e incluso para guiar borrachos. Poco pensamos en lo que nos cuesta la infraestructura pública para mantener ese estilo de vida que de por sí va en contra de nuestra naturaleza humana como seres sociales con dos patas. Claro, pensamos en la factura, pero olvidamos el costo social. Mientras tanto, nuestros cascos urbanos dan lástima; parecen pueblos fantasmas carentes de gente y con tantos edificios abandonados pudriéndose.
Yo pienso que cada país debe establecer sus propios límites de acuerdo a la calidad de vida que quiere para sus ciudadanos. Todo eso está en la planificación y diseño de nuestras ciudades, factores claves para cualquier estrategia de país seria. Eso requiere voluntad de pueblo que hasta el momento no existe.
NB: Sin duda, ofreces muchas ideas qué pensar, no sólo para la sociedad puertorriqueña sino, a nivel internacional. ¿Qué planes tienes para lo que resta de año?
DC:Hay varias cosas que quiero explorar. Mientras escribo el libro, estaré la mayoría del tiempo en Finlandia, pero me veo tentado a dar una vuelta por Escandinavia y los países bálticos que no he visto. Luego me toca salir de la zona Schengen a finales de agosto (el límite es de 90 días), por lo que tendré que irme por el sureste de Europa, países que tampoco he visto. Por el otro lado, estoy explorando la posibilidad de trabajar con ONGs después de terminar el libro, pero siempre estoy abierto a cualquier otra oportunidad que me parezca interesante. ¡Veremos qué pasa!
David Camacho Colón tiene una licenciatura en Ingeniería en la Universidad de Puerto Rico y años después completó una maestría en Administración de Empresas en la Escuela de Alta Dirección y Administración en Barcelona, España.
(Fotos suministradas)
Que tremenda entrevista! Me he quedado con las ganas de seguir leyendo9 lo que este gran muchacho en tan solo la edad que tiene ha hecho en su vida. Es un ejemplo para otros que han perdido su juventud en no se que, no hayan seguido sus pasos. Pensar que su madre y yo siempre hablabamos de nuestros hijos y casi lo vi recien nacido, ha podido llegar hasta donde lo ha hecho. QUE ORGULLOSO DEBE DE ESTAR Y TAMBIEN SUS PADRES!!! FELICIDADES A USTEDES DOS POR TENER ESTE HIJO TAN GRANDIOSO Y QUE DIOS LE BENDIGA SUS PASOS DONDE QUIERA QUE VAYA, COMO LO HAGO YO TAMBIEN, Es casi como un hijo para mi. Se me llenan los ojo de lagrimas de tanta felicidad pues a mis 76 anos ha sido algo maravilloso poder saber de el asi. Te felicito Hadee, mi amiga y companera de siempre. Dios te ha dado un hijo unico y tambien tu hija la cual siempre ha estado pendiente de ustedes junto a su esposo e hijos. Gracias David por ser quien eres DIOS TE BENDIGA SIEMPRE!!!
Gracias por las palabras Anita!